viernes, 12 de julio de 2013

Beyond Re-Animator – 2003






Pasaron muchos años desde la segunda y genial “Bride of Re-Animator”. Recién en el año 2003, bajo una producción absolutamente española, y dirigida nuevamente por Brian Yuzna, vio la luz “Beyond Re-Animator”. Culminando así, una trilogía encantadora.

Continuando la historia y los sucesos de “Bride of Re-Animator”, los zombis que escaparon de la morgue son protagonistas de múltiples asesinatos a sangre fría, en una desdicha de azar negro. Uno de ellos se carga a una joven delante de su hermano menor. A todo esto, el doctor West es metido en naca por sus cagadas durante todos esos años. Trece años después, medio vejete, Herbert West se mantuvo mucho tiempo en las sombras, ¿pajeándose? No, por supuesto que no, investigando; pensando, programando, prosiguiendo con sus estudios y experimentos rocambolescos que tan divino lo hacen. El nuevo doctor de la cárcel, Howard (el niño que vio morir a su hermana trece años atrás) está obsesionado con la historia y los métodos de West, será así que los experimentos para tratar de revivir a los muertos toma rienda nueva. Con una segunda y nueva sustancia, que se supone, neutraliza el sistema nervioso. Todo eso en la clínica de la cárcel, si… Leíste bien, en la clínica de la cárcel.

Menuda manera de cerrar una trilogía, con broche de oro, sí señor, como se debe. No sé si es mejor o peor que las dos anteriores, pero el hecho de ser del año 2003, y que mantenga intacta la esencia de la película y del género, ya es de por sí, algo fabuloso. La primer parte del film es un poco desconcertante a decir verdad, aparenta ser una película de terror típica y de bajo presupuesto, con situaciones poco llamativas. Pero hay un quiebre y el film se va definitivamente bien a la mierda, una explosión súbita de todo lo que se ama del género; diálogos graciosos, efectos maravillosamente berretas (algunos mejores, otros peores), momentos bizarrísimos, tripas, muñecos, zombis sacadísimos (mucho más que los anteriores), sangre, gore, y todo lo que se te venga a la mente. Un punto muy alto de la película es la participación de Santiago Segura (¡ídolo!), como acostumbra a hacer éste maldito ser, rebalsa de carisma y humor, tragándose las escenas por completo, provocando carcajadas sin cesar. Interpreta a un recluso manijero, hay una escena dónde te aseguro que vas a llorar de risa, se pasó el dogor. Para concluir; Un film clase B, modesto, sin una gran historia, pero bien llevado, Herbert West intacto, con grandes líneas. “Vamo’ el cine bizarro”. Trailer

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